VIDA EN HEBRA

La pareja es la continuidad del apego o vínculo de intimidad familiar, con la diferencia de que puede ser elegida. Nos situa entre la necesidad de cuidar o ser cuidados y la necesidad de independencia o búsqueda de la propia identidad.
Los problemas en la pareja y en la convivencia con ella, son signos del desajuste en este equilibrio:
Las grandes y pequeñas diferencias en objetivos, intereses y hábitos cotidianos van generando conflictos que llevan al desencuentro. A medida que se dan mayores diferencias, más precario será el equilibrio. Llegarán puntos de inflexión entre la cesión y el poder.
La comunicación negativa en la que se instalan algunas personas, basándose en los pensamientos distorsionados sobre sí mismas o sobre su pareja: que de una u otra forma les van a hacer daño, que todo les sale mal, etc. No es tanto lo que pase en realidad, que siempre falta algo.
La insatisfacción sexual derivada de disfunciones sexuales no tratadas o deseos y molestias no expresadas. La pareja o uno de sus miembros no supera las inhibiciones y el malestar generados en ese ámbito. No hay pleno respeto, confianza o disfrute.
Las distintas etapas vitales con la evolución de los roles y motivaciones harán que se sucedan diferentes momentos críticos en la pareja: no conseguir un embarazo, el embarazo, el primer hijo, la cantidad de hijos deseados, el crecimiento de los hijos y su adolescencia, la carga en los cuidados, los cambios laborales o económicos, etc.
Las familias de cada miembro de la pareja en ocasiones son una fuente potencial de problemas, por el inmovilismo y exigencia en los roles asignados estereotipados, frente a la flexibilidad necesaria para construir una convivencia.
La infidelidad y los celos son circunstancias y emociones que generan un profundo malestar en la pareja, amplificado por la comunicación a través del entorno social real o virtual en las redes sociales, etc.
Las cargas personales y sociales como el estrés, el consumo de drogas, alcohol o ludopatía y sus consecuencias a nivel social, económico, laboral e incluso judicial, repercuten directamente en la pareja.
A través de nombrar, respetar e integrar la inundación o el bloqueo emocional podemos abordar la dependencia o la desconexión psicológica en las relaciones de pareja, contando con los recursos y capacidades de nuestra genialidad original.