MENSTRUAR EL FRUTO

Menstruar El Fruto

Estamos transformando la manera de vernos y la manera de percibir la desechable sangre menstrual que también es exponente de la máxima oportunidad de reparación.

Para afirmarnos por completo exploramos la parte negada, oculta o rechazable. Estrecho el círculo y encuentro lo sagrado femenino cautivo en el tabú sobre el cuerpo y la regla de las mujeres.

La Naturaleza se impondrá una y otra vez. Está en nosotras, bajo todas las capas es nuestro pulso vital. Al límite del “ahora o nunca” entraremos en la Sombra a través de la promesa de regeneración del Fruto.

Podemos ver el Síndrome premenstrual, definido como el conjunto de síntomas físicos, psíquicos y emocionales que alteran la actividad cotidiana y las relaciones personales durante el periodo comprendido entre la ovulación y la menstruación, desapareciendo o aliviándose considerablemente en la menstruación o al desaparecer esta.

No perdemos de vista la endometriosis, proceso por el que el tejido endometrial prolifera en implantes, por las células madre que contiene, fuera de la cavidad uterina en vez de ser absorbido. La principal hipótesis es la asociación a la menstruación retrógrada, denominada así porque el flujo del “desprendimiento” endometrial va hacia el interior y no solo al exterior, que se constata en la mayoría de las mujeres exploradas, pero no se encuentra la causa del desarrollo de la patología.

Compartimos la consideración de que el desconocimiento de la biología y psicología básica de las mujeres radica en la discriminación con las mujeres.

Damos forma a una nueva visión del malestar o bienestar en la que ya no están los significados aprendidos de enfermedad o salud, sino la evidencia del desajuste o ajuste con nosotras mismas. Y no es casualidad que esta nueva significación se relacione con áreas vitales instintivas porque de lo que se trata es de darles un lugar a las necesidades básicas para la subsistencia en la forma en la que vivimos.

Es importante encontrar la manera de estar más cerca de nuestro cuerpo y conocimiento innato en el momento de menstruar, cuando el espesor de la membrana que separa lo que es inconsciente de lo que es consciente se reduce considerablemente: de la misma manera que el Fruto menstrual se expande a través del cuerpo, recuerdos o sensaciones que habitualmente permanecen reservados o bloqueados llegan a la conciencia a espuertas.

Que lo irracional y lo racional se encuentren no nos destruye, sino que nos completa.


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