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ANTE LA COVID-19: LOS BENEFICIOS DE UN VÍNCULO SALUDABLE CON UN ANIMAL
Si en estos meses, ante la pandemia, estás pensando o ya te has animado a convivir con una mascota es bueno que sepas que, además de ser una experiencia para tu vida, ayuda en la disminución del estrés, de la tensión arterial y de las pulsaciones, favorece que suban los niveles de las hormonas asociadas al bienestar y que aumente la autoestima, a través del vínculo especial que puede establecerse.
Los estudios sobre el vínculo entre personas y animales revelan sorprendentes datos
El 63% de las personas que conviven con un animal le confiesan cosas que no explican a nadie más al no sentirse juzgadas; además, ocurre que los complejos se desactivan también.
El 76% aseguran mostrar más su afecto porque besa a su animal como mínimo una vez al día y un 85% lo abraza habitualmente. También 9 de cada 10 personas mayores tienen la seguridad de que nunca se encontrarán solas mientras el animal siga a su lado. Además, 8 de cada 10 niños o niñas prefieren jugar con su gato o perro antes que con un videojuego.
El papel de estos animales va mucho más allá del de ser simple compañía, ya que 9 de cada 10 personas subrayan que sienten que siempre están ahí cuando les necesitan, en una interacción mutua de dar y recibir salud, afecto, protección, seguridad o motivación. Y en la infancia, los lazos afectivos con el animal son los que mejor hacen superar la sensación de miedo o tristeza.
También se ha comprobado que existe una menor percepción del dolor en niños o niñas, sometidos a cirugía mayor, que participaron en programas con animales.
Beneficios del vínculo con los animales a lo largo de las etapas vitales
En la Primera Infancia, cuando se empieza a tener autonomía, se establece una relación de complicidad y protección muy beneficiosa para aumentar la autoestima y la confianza.
En la Niñez los animales estimulan el desarrollo psicomotor y el lenguaje, mejoran la comunicación no verbal, aumentan la autoestima y la capacidad de relacionarse con las demás personas, desarrollan la capacidad afectiva y de responsabilidad, contribuyen al aprendizaje sobre el ciclo de vida con sentimientos de empatía hacia todos los seres vivos.
En la Adolescencia ayudan a superar la timidez e inseguridad, también en los momentos de soledad, depresión o rebeldía se convierten en el mejor apoyo.
En la etapa Adulta los animales incrementan la actividad física, protegen de los estados de soledad, optimizan la capacidad de atención y percepción porque estimulan los sentidos de la vista, el oído, el tacto y el olfato. También mejoran la comunicación verbal y aumentan las expresiones faciales positivas.
En edades Mayores, acompañarse de animales representa una responsabilidad con la que sentirse útil, fomenta realizar ejercicio físico, estimula mentalmente y aumenta la satisfacción con uno mismo o una misma. En situaciones de duelo, por pérdida de algún ser querido, quienes tienen animales de compañía necesitan menos de los servicios médicos o de salud.
En personas de Edad Avanzada, ya en centros gerontológicos, se han incorporado perros formando parte de programas muy eficaces de estimulación, tanto para paliar los daños en las fases iniciales de una demencia, como al minimizar el impacto de trastornos afectivos, en especial, la depresión.
Es importante valorar la adopción como la mejor forma de acceder a tener un animal. En muchas localidades o regiones ya hay aplicaciones que facilitan el contacto con los las Protectoras de animales. Y, una vez que conviváis, disfrutarlo sabiendo que los cuidados son mutuos.
Fuente
de los datos: Estudios del
Observatorio de la Fundación Affinity en colaboración con la
Universidad Autónoma de Barcelona y con el Instituto de
Neuropsiquiatría y Adicciones del Parc de Salut Mar (Hospital del
Mar).